¿CUÁNDO COMIENZA?

En oncología normalmente antes de que la pérdida tenga lugar. 

En el caso del cáncer comien- za cuando se conoce el diagnóstico. 

Desde el momento en que se recibe el pronóstico de enfermedad progresiva y terminal la persona afecta y sus allegados comienzan al mismo tiempo a sufrir el proceso de pérdida. 

Es lo que se denomina el duelo anticipado. 

La «aflicción anticipatoria» o «duelo anticipado» se define como el período de tiempo durante el cual -y ante una muerte esperada o que parece altamente probable- el individuo experimenta una serie de sentimientos y emociones semejantes a una aflicción real pero de menor intensidad, como una forma de preparar intelectualmente el duelo real y disminuir así el impacto de la pérdida. 

Es una forma de retirar lentamente la libido del objeto amado. Como tal, es una respuesta adaptativa a la amenaza de una pérdida real. 

Es también un período durante el cual el individuo puede intentar la resolución de conflictos previos.

¿CUÁNDO FINALIZA O CUÁNTO DURA?

Termina cuando las tareas del proceso han sido finalizadas. Por lo tanto no hay respuesta con- creta. Dos años es la fecha más aceptada. 

El hablar de la persona desaparecida sin dolor es un indicador de que el duelo ha terminado. 

Hay personas que nunca completan el duelo reapareciendo la pena de vez en cuando. Predecir cuanto tiempo le tomará a un individuo completar el proceso de recuperación es difícil. 

Algunos podrán hacerlo en unos meses, para otro se requerirán 3-4 años. 

La cantidad de tiempo invertido depende de muchas variables que inter- fieren y crean distintos patrones. 

La intensidad del apego al difunto (tipo de relación), intensi- dad del shock inicial, presencia/ausencia de la aflicción anticipatoria (cuando la persona tiene tiempo de afligirse previamente a la muerte del ser querido; p.ej., en casos de enfermedad cró- nica y muerte esperada), crisis concurrentes (problemas graves que se presenten simultánea- mente), obligaciones múltiples (crianza de los hijos, dificultades económicas, etc.), disponibili- dad de apoyo social, características de la muerte (muerte súbita/muerte anticipada), situación socioeconómica, estrategias de afrontamiento y religiosidad son algunos de los factores que influyen en la duración del duelo.
Como ya conocemos toda herida necesita su tiempo para cicatrizar. Hay personas que nunca com- pletan el duelo reapareciendo la pena de vez en cuando. 

El tiempo medio de recuperación del equilibrio normal es de 4 meses a 1 o 2 años. A veces no existe punto final y estamos ante un duelo crónico. En otras ocasiones el duelo es retrasado y no se produce inmediatamente después de la pérdida. A veces el duelo aparece enmascarado durante un tiempo y debuta después con síntomas físicos o psiquiátricos que son difíciles de relacionar con la pérdida previa.

 El Mito: “El tiempo lo cura todo”. 

Un conocido mito afecta de forma notable el desarrollo del duelo es aquél que hace referencia a que “el tiempo lo cura todo” o que “todo es cuestión de tiempo” en relación con el proceso de recuperación, dando a entender que el dolor mejorará con el paso de lo días. No obstante, en el duelo este no suele ser el caso; por el contrario, van pasando los días y el dolor va empeorando. Esto se debe a que no todos los tiempos en los que vivimos los seres huma- nos tienen la misma importancia o presencia durante el transcurso del duelo.

Fuente:   Jaime Sanz Ortiz

Servicio de Oncología Médica y Cuidados Paliativos. Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Santander